La historia del paracaidismo
El primer intento conocido de lanzarse en paracaídas tuvo lugar en Córdoba (España), en el año 852, con éxito parcial, ya que Abbás Ibn Firnás, el hombre que saltó, sufrió algunas heridas al caer.[1] El uso del paracaídas también fue sugerido por Leonardo da Vinci cuando vivía en Milán. A lo largo de la historia existieron muchos otros intentos fallidos, sin embargo el primer paracaídas práctico fue inventado en 1783 por el francés Louis-Sébastien Lenormand. En 1785 el aeronauta francés Jean Pierre Blanchard dejó caer un perro equipado con un paracaídas desde un globo y en 1793 aseguró haber realizado el primer descenso humano con éxito utilizando un paracaídas. En adelante, los paracaídas se convirtieron en un elemento habitual del equipamiento de los pasajeros en los globos aerostáticos y después de la Primera Guerra Mundial se adoptaron como sistemas de seguridad para los pilotos y los pasajeros de los aviones.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los ejércitos generalizaron el uso de los paracaídas equipando tropas especializadas que eran lanzados en zonas situadas detrás de las líneas del enemigo desde aviones de transporte. A menudo la altura de vuelo era relativamente baja y los paracaídas estaban diseñados para abrirse automáticamente al salir de la aeronave mediante cintas que unen la estructura del mismo con el sistema de apertura del paracaídas. En la mayoría de los conflictos bélicos posteriores, los paracaídas se han utilizado para dejar caer equipamiento pesado como tanques, camiones y cañones. La copa o el toldo de tela de un paracaídas de equipo pesado puede llegar a medir hasta 30 metros de diámetro.
En la década de 1970, el paracaidismo deportivo se hizo muy popular gracias a un sistema de liberación rápida del paracaídas principal basado en los tres anillos o aros, diseñado por el ingeniero Bill Booth,[2] que permitía a cualquiera usarlo.
Me gusto mucho por qu3 es muy divertido
ResponderEliminarTiene Buen Contenido
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